2006/04/07

La persistencia de la memoria

¿No parece que el tiempo transcurre para todos por igual? ¿Pero que ese paso deja huellas diferentes en cada uno? ¿Y que al fin y al cabo el único signo de ese transcurso son los recuerdos? Esos que persisten en la memoria ajenos a todo acontecimiento, tan imperturbables a lo rudo. Esos que duran una eternidad y la delicadeza de los mismos los hace durar y perdurar... Por siempre jamás. Hasta que el corazón ahoga el sonido de su ultimo latido para no volver a sonar y dormir… Por siempre jamás.

Sabemos que la mente seleccionadora clasificara los recuerdos sin sibaritismos y nunca al azar. Como debe ser. Escogiendo lo trascendente por obligación e intercalando las superficialidades propias de la vida. Propias y necesarias. No sin agregar aquellos datos de los que podríamos prescindir. Pues la mente no trabaja a las ordenes de la propia voluntad. Así, nuestro inconsciente lucha por la permanencia de aquello que preferiríamos lejos, pues toda experiencia vivida será base para la creación del acto de ser. La mente repetirá esas imágenes que creíamos perder a lo largo del camino, como la lluvia que cae empapándolo todo y haciéndose notar. Así conseguirá ser relevante en nosotros, en nuestra personalidad. Convirtiendo nuestras vivencias en lo que somos. Inevitablemente. El pasado no morirá a cada segundo, se guardara minuciosamente y no habrá lagunas que incompleten lo transcurrido desde la primera bocanada de aire.

Y soñaremos con borrar aquello que nos atormenta, rogaremos que el olvido se lo lleve consigo como el viento arrastra las hojas en otoño. Con firmes empujones, para evitar el colapso que lo indeseado produce. Lo que ya nos sobra, lo que no queremos, lo que rechazamos. Las hojas secas que los árboles desprenden contrariamente a como quisiéramos que los recuerdos hirientes fueran eliminados. De un zarpazo, y no delicadamente.

Pero es la suma total la que nos hará cesar en la búsqueda, ya no precisaremos de conocimientos externos. Bastara con indagar en la soledad para entender que somos el todo. Y ya nada eclipsara nuestro orgullo, ya que la autosuficiencia humana se apiadara de nosotros y nos será suficiente para comprender que existiremos mientras no dejemos de pensar.

¿Podríamos ser más que almas en pena sin recordar lo que somos? ¿Y somos acaso más que recuerdos que persisten el la memoria?



6 comentarios:

PAU dijo...

No somos mas que un cúmulo de recuerdos que vagan por esta sociedad. Personas que viven del pasado y apenas piensan en el futuro! Asi son las cosas y asi se las hemos contado! Oso ondo idatzitze ane

Anónimo dijo...

Nos es difícil apreciar y valorar todo cuanto nos rodea, y probablemente nunca lleguemos a hacerlo...estoy seguro de que en nuestros últimos días de vida miraremos al pasado con suspiros de nostalgia y entonces sí, valoraremos la riqueza de los recuerdos, pues al final la creación es lo único perdura al paso del tiempo.

"Sólo se inventa mediante el recuerdo." J.B.Karr.

Ugutz Falzes dijo...

Uste nuen blog honetan ez zenuela gazteleraz idatziko ;-)

Oso polita.
Muaks eta ondo pasa Etxarri Aranazen!!!

Ane Araluzea dijo...

Nik ere hori uste nuen. Baina usteak gehieneten erdi ustel.
Aste "santu" on danontzat!

Anónimo dijo...

Hallo I absolutely adore your site. You have beautiful graphics I have ever seen.
»

Anónimo dijo...

Your site is on top of my favourites - Great work I like it.
»